El periodista Victor Hugo Morales se refirió al rol de los medios y quienes pregonan una forma de «periodismo independiente». Además aseguró que «la grieta» siempre existió y negó que hable «desde el lugar del Gobierno».
En exclusiva con Política Argentina, el periodista y locutor uruguayo Víctor Hugo Morales objetó a aquellos que se jactan de ejercer el periodismo de forma independiente y sostuvo que “la grieta existió absolutamente siempre”. Pese a ser catalogado como el relator del kirchnerismo, aclaró que no habla “desde el lugar del Gobierno” al recordar sus críticas a la presidenta Cristina Kirchner tras la muerte del fiscal Alberto Nisman.
-Desde los grandes medios se buscó instalar que existe una grieta donde el que el periodista que critica al Gobierno es independiente y el que reivindica algunas medidas está pago y es obsecuente. ¿Es posible posicionarse en el medio?
-No existe el equilibrio, eso es para cobardes pero no para periodistas. El periodista siempre tiene una opinión, siempre hay razones por las cuales no es indiferente a lo que sucede. Elegir el camino del medio, como hacen muchos, es simplemente sobrevivir, no contaminarse de la posibilidad de que te estigmaticen para poder estar abierto a todo el juego. Cualquier persona que desde el periodismo no se anima a decir que el Grupo Clarín es la más alta mafia periodística del país es alguien que lo que lo paraliza es la cobardía. Es el interés de no quedarse sin trabajo el resto de su vida como les sucede a todas las personas que se enfrentan Clarín, ya sean artistas o periodistas. El único riesgo real que existe en la Argentina es quedarte afuera del sistema de privilegios del establishment.
-Su lucha contra las corporaciones comienza antes de que se gestara el kirchnerismo. ¿Por qué cree que se le ha puesto el mote de ser “el relator del Gobierno”?
-De ninguna manera hablo desde el lugar del Gobierno, eso seguro. Es una estigmatización que los medios con su poder consiguen en todas las personas que manejen información limitada. El hecho de conocer todas las discrepancias que he expresado con el Gobierno en temas fuertes y variados marcan que lo que yo encuentro mal lo voy a decir, no me trago una del Gobierno. Muchas veces puedo tener cosas coincidentes y para mí hay cosas fantásticas porque son cosas que soñé desde siempre. Mi lucha es contra los medios de comunicación.
-Entonces, ¿cree que esa estigmatización es producto de esa lucha que viene llevando adelante?
-Naturalmente, pero la persona bien informada tiene que entender que los medios poderosos generan percepciones por encima de las verdades entonces la percepción que han construido de mí es la de una persona que siempre habla a favor del Gobierno y nunca van a decir que hablé en contra. No estoy en línea con el Gobierno en hechos tremendamente importantes, como por ejemplo la muerte de Nisman. En su momento el Gobierno dijo que se trataba de un crimen y en un tema tan espinoso me he mantenido, como en toda mi vida, como yo pensaba porque estaba completamente en desacuerdo. En mi programa, la voz de la Presidenta posiblemente sea en donde menos se escucha. No hay ninguna aceptación de que yo pueda ser una persona que hable desde el Gobierno y muchísimo menos que tengo una indicación de ningún tipo del Gobierno para una sola palabra de todo mi discurso en cada uno de mis programas.
– En estos últimos años se lo ha criticado desde los sectores opositores, ¿cuánto perdió o ganó con ese lugar en el que lo han puesto?
-No me interesa. Por hacer ese cálculo y una evaluación es que tenemos periodistas indiferentes o cobardes o que se reservan un lugarcito tibio al calor de lo que sea así signifique trabajar para los medios dominantes.
-¿En algún momento pensó en alejarse del periodismo político?
-Esta ha sido la etapa más entretenida del periodismo de todo los tiempos, todos hemos aprendido, crecido, valorado nuestra profesión con lo cual es maravilloso lo que ha ocurrido en estos años. La grieta existió absolutamente siempre, no hay ninguna novedad.
-¿Qué importancia tuvo la sanción de la nueva Ley de Medios para dejar en evidencia el poder de los medios de comunicación?
-Es una bisagra y una bendición para que entendiésemos mejor a la sociedad y al país. Puso en el nivel más alto la discusión que hay en el mundo entre los medios neoliberales, que son intereses corporativos que ponen en sus diarios lo que les interesan para seguir manteniendo el dominio. Que esto se sepa y se vea es una parte del aprendizaje, del crecimiento y la valoración que se puede hacer como país de lo que es la Argentina hoy.
-Si bien la Corte Suprema declaró su constitucionalidad, Clarín continúa sin adecuarse a la ley…
-El propio impedimento de llevarla a cabo te muestra el poder que ha llegado a tomar la mafia de Clarín. Nada la somete, nada la domina, nada la condiciona, está por encima de la ley, del Gobierno y ni hablemos por encima de la verdad. Es indiscutible que lo que hace ya no es periodismo, es una corporación que está poniendo cientos de papeles y canales de televisión a disposición de sus intereses económicos, ideológicos, posicionamiento en el poder que hay en el país. Está por encima de todos los poderes, tanto de la Justicia como del político. Es el verdadero poder, el verdadero diablo.
-¿Cuál es el rol que ha jugado el programa 678?
-El papel de 678 ha sido refutar la mentira de lo que llamamos lo establecido. Toman el ataque de las corporaciones a un gobierno y los periodistas creen, con fidelidad política confesada, estar pudiendo refutar todo aquello que es refutable con un grado de habilidad muy alto pero sin recurrir nunca a la mentira.
-A pocos días de las PASO, el programa televisivo de Jorge Lanata se vinculó a Aníbal Fernández con el Triple Crimen de General Rodríguez, que derivó en una denuncia penal por extorsión. ¿En qué medida pueden torcer una elección?
-Basarse en el testimonio de una persona (Martín Lanatta), que según la Justicia mató a tres personas en su casa y en una entrevista a Perfil en 2011 dijo que Aníbal Fernández era inocente, para condenar a una figura política de este fuste es propio de una verdadera mafia. Y de paso quizás se llevan puesto a un gobierno o una elección buscando la percepción con la reiteración de las imágenes que ha hecho TN.
-En su libro “Mentime que me gusta”, se propuso desenmascarar las operaciones mediáticas del Grupo Clarín. ¿Cuál es la influencia de este multimedio en la opinión pública?
-La influencia es enfermar a la sociedad. Mi propósito es no termina el año sin hacer una ofensiva para convencer a médicos y sociólogos de estudiar el fenómeno de TN y la salud de la Argentina. Creo que afecta seriamente la salud de la gente, la tranquilidad espiritual de la gente, está sacada completamente de su eje por esta actitud absolutamente mafiosa. Estamos en presencia de una mafia que hace absolutamente cualquier cosa y que solo el que la padece puede saber hasta qué grado de crueldad pueden llegar a desarrollar en su intento de aniquilar, anular, matar en la credibilidad y el honor de las personas todo lo bueno que puede haber en ellas si no están alineadas a los intereses del Grupo.
-¿Qué falta para que la sociedad tome conciencia de estas operaciones?
-Ha tenido una gran oportunidad pero aquí no tomó conciencia el que no quiso. El odio, el prejuicio, la posición política han jugado un rol tremendo en la forma de tomar la información que se recibe. La diferencia entre las personas es ideológica pero también se acentúa por la carencia de información. No se puede entender lo que ocurre si uno no hace el esfuerzo grande de enterarse a fondo de cualquier tema. No digo que se vaya a llegar a la verdad pero sí a cosas que te permitan armar tus puntos de vista de una manera bastante más cercana a la verdad.
-Si Clarín se encuentra por encima de la Justicia, ¿cómo se defiende la libertad a la información?
-Nos queda siempre la lucha y formar células de entendimiento por eso es tan importante hacer lo posible por entender. Cada uno tiene que colaborar para que más gente entienda y desde el periodismo tenemos una gran posibilidad. Otra no hay, yo no encuentro otro mecanismo mejor de cooperar que gritar verdades, pelear por lo que se siente, argumentar de la manera más creíble. Todo el tiempo estoy esperando que algo milagroso y mágico ocurra para que las cosas sean distintas.
Fotografía: Agustina Jaurena