Una jugada de billar perfecta

 En la carambola se le pega con una blanca a otras dos bolas de distinto color.
A veces esta «servida» porque éstas, están cerca. En otras hay que darle mucho
efecto. Mayé, reculié, según la habilidad del jugador. Es digna de aplauso, por su ingenio, la carambola a tres bandas que da en una bola, pasa por todo el billar y al fin, tac!, toca la que hay que chocar para anotar la jugada.
La Nación lo hizo este domingo al hablar de un monstruo de Hungría. Con decirles que el titulo ubica a Vicktor Orban como el «Chávez húngaro», les marco la primera etapa de la jugada. El efecto, al pegarle a la bola bien abajo, la llevará poco a poco a su verdadero destino. El publico cree
ver a Navarrita en su mejor versión. Ahí va la bola; es decir, la nota.
«El mundo occidental mira cada vez con mas consternación a Viktor Orban el primer
ministro húngaro. Una suerte de Hugo Chávez de derecha que en menos de
dieciocho meses ha conseguido llevar a su país al borde de la bancarrota y la dictadura».
La bola, un remolino, avanza.
«…Orban regresó al poder en mayo de 2010. Desde entonces gobierna a su país con enorme poder gracias a la posición dominante de su partido que, con el 54 por ciento de los votos, obtuvo dos tercios de bancas en el parlamento».
Ya se ve para donde va el golpe.
«…con total desprecio de la oposición y de las prácticas democráticas, Orban practica una política que consiste en someter a todos los contrapoderes del país: medios de comunicación, justicia, banco central.»
«Su objetivo, cual un Chávez magyar, es naturalmente perpetuarse en el poder volviendo prácticamente imposible la alternancia política»
El efecto es engañoso, no va por la línea recta, no es frontal. Es, un efecto.
«Instauró una reforma del Banco Central que le hizo perder su independencia…
esa reforma contribuyó a hacer desmoronar la moneda nacional… la moneda se devaluó de facto, y la economía esta sumergida en un estado catastrófico…
Finalmente la carambola concluye. aun a costas de un personaje que debería interesarles más (está contra la despenalización del aborto y «describe al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer a fin de impedir todo debate sobre los casamientos homosexuales).
La Nación se tira un lance de sus mejores tiempos. Lástima que muestra detalles del truco cuando menciona ciertos parecidos con «la monstrua», dirían en su foro que, como el de mi radio, es esperpéntico.
Lo del 54 por ciento, ahorrártelo. No seas malo.