Víctor Hugo: «Todo es injusto»

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Todavía después de la medianoche, cuando uno llega a casa después de haber visto y presenciado todo lo que sucedió en La Bombonera, es difícil poder pensar y sacar una conclusión en limpio.

«Todavía después de la medianoche, cuando uno llega a casa después de haber visto y presenciado todo lo que sucedió en La Bombonera, es difícil poder pensar y sacar una conclusión en limpio. Indefectiblemente uno queda desorientado, sin saber qué pensar. Está claro que hay muchas cosas que son injustas, tanto de lo que ha sucedido como de lo que puede suceder, pero en cambio es difícil poder precisar qué es lo justo, lo que corresponde.

Uno piensa que es injusto para Boca perder este partido y quedar eliminado de la Copa por culpa de un par de imbéciles que cometieron los desmanes. Y es injusto para Boca también que sus dirigentes no hayan aparecido ni que se hayan hecho presentes en el campo de juego, como se acercó Rodolfo D’Onofrio, el titular millonario, para tomar una decisión o al menos para intentar hacerlo. Estaría mal que Boca tenga que sufrir una derrota en el terreno deportivo por la impericia de sus dirigentes.

Pero también es injusto tener la pretensión de hacer jugar a River los 45 minutos que faltan, aunque sea unas horas o un par de días después, con jugadores afectados física y psíquicamente por la agresión sufrida, inesperada por ellos mismos y por todos.

No sería menos injusto que Boca quedara eliminado de este torneo después de haber jugado solamente 45 minutos de la revancha, cuando todavía le quedaba un tiempo en su propio terreno de juego para poder desnivelar el partido. Es verdad que el juego se le había puesto complicado, pero no era una quimera soñar con un gol que podía llevar la definición por lo menos a los tiros desde el punto del penal.

«Lo que River hizo fue dejar en claro que fue víctima de una agresión insólita y que el deterioro físico que sufrieron sus jugadores después del incidente fue evidente».

Así como surgen ese cúmulo de injusticias, es más difícil en cambio adivinar qué es lo justo, por más que hay algo que desde el punto de vista normativo surge en una primera consulta a los entendidos: es el artículo 23 del reglamento disciplinario de la Conmebol, que habilita a dar por perdido el partido a un equipo tras una agresión plenamente comprobada u otro motivo atribuible a él que determine el resultado de un partido. En todo caso, lo que River hizo fue dejar en claro que fue víctima de una agresión insólita y que el deterioro físico que sufrieron sus jugadores después del incidente fue evidente.
Todo es injusto, para el público de Boca, para los jugadores de Boca, tanto como ya lo ha sido para los jugadores de River. Ahora es la Conmebol la que tiene que tomar una decisión sobre todo esto».