Cuando parecía que Boca se encaminaba a un triunfo extraordinario, después de ir perdiendo por 1 a 0, cuando daba la sensación de que había inclinado la cancha, y que tras el empate de Riquelme lo único que correspondía esperar era el triunfo del Xeneize, llegó un gol sin contexto en el que Orion estuvo muy desafortunado y en el que Funes Mori le dio la victoria a River. El resultado tampoco deja demasiado margen para la discusión porque River, de contra, sacó adelante el partido y en muchísimas ocasiones llegó a perturbar seriamente a la defensa de Boca.
Cuando se puso en ventana por el gran gol de Lanzini, el Millonario no hizo el cambio que se suponía, rejuveneciendo al equipo con el ingreso del Keko Villalva y sacando del terreno a Cavenaghi, el capitán. Ramón Díaz, en cambio, se mantuvo en su idea inicial y estuvo a punto de pagarlo muy caro porque tras una gran jugada de Martínez, Boca tuvo ese tiro libre que Riquelme definió como un verdadero maestro. Justo cuando los maestros vuelven a clase, Riquelme fue el primero en dar cátedra. Su tiro, en comba, buscando con una perfección pocas veces vista el ángulo derecho, le permitía a Boca poner justicia con lo que era el trámite del partido.
Siempre en el marco de un encuentro mejor jugado de lo que ambas hinchas podían imaginar. El rendimiento, individual y colectivo, tanto de Boca como de River, estuvo por encima de lo que han sido los últimos clásicos del fútbol argentino. Habría que ahondar la mirada en tres o cuatro años atrás para encontrar un partido con este trámite, en el cual lo que técnicamente se ofreció, lo que como actitud tuvieron los equipos, y lo que dieron ciertas individualidades, terminó conformando un espectáculo siempre atractivo. Por cierto, Boca y River ayer, en un encuentro que pudo tener perfectamente el resultado inverso, demostraron que todavía se pueden apostar algunas fichas a la calidad del fútbol local. De principio a fin, sin decaimientos, el partido de La Bombonera dejó el sabor de un espectáculo de verdadero nivel internacional.
El sublime momento del gol de Riquelme y lo que fue la definición de Lanzini en el 1 a 0 quedan particularmente en el recuerdo. River, además, se lleva la sensación de que puede ir por todo, porque ahora hasta tiene chances de volver a soñar con el campeonato, esas que había perdido luego de la derrota frente a All Boys.
En conclusión, buena victoria de River por lo útil en el campeonato. Y una interesante respuesta de Boca, que permite afirmar que no todo está perdido para el equipo de Bianchi. A pesar de la derrota durísima, claro.
Víctor Hugo