A ellos les «garpa», y todos entramos como por un tubo

 Una demostración fehaciente de la forma de marcar la agenda del periodismo en su totalidad se ha presentado en estos días.

 A nadie escapa lo que se denuncia del espionaje de Gendarmería y lo cierto es que no pondría las manos en el fuego respecto a la inocencia de la institución.

 En el mundo entero la tentación de las fuerzas policiales es hacer inteligencia desde adentro en las organizaciones sociales.

 Es más lógico encontrar luchadores en ellas que en la Sociedad Rural.

 La práctica es siempre repudiable, aunque en el fondo de nuestro corazón daríamos cualquier cosa por estar camuflados en la mesa donde Magnetto arma las agendas y en los sitios donde se cuecen las grandes estafas.

 Los luchadores dan la cara. Los que cocinan el estofado lo hacen en las sombras.

 Eso hace más vulnerable el accionar de Gendarmería si hay algo desdoroso para esa fuerza en el accionar que tiñó en estas horas, las páginas y noticieros nacionales.

 Se adjunta a estas líneas la nota de Página 12 del 22 de noviembre de 2011. Hace sólo tres meses.

 Lo mismo hace tres meses. Durante ese lapso no le interesó a nadie salvo a los periodistas de Página 12.

 Ahora los noticieros de la radio, consumidores  voraces de las infamias de quienes les arman la agenda, los de la tele, los diarios alineados, se hacen un festín.

 Cuando le vino bien a Magnetto el tema, lanzaron a sus políticos oficiales a los estudios de TN a asombrarse de lo que fue noticia hace tres meses.

 Si leen Argenleeks verán que el caso Skanska, que luego fue desactivado por 25 peritos judiciales de la Corte Suprema, según la Embajada de EEUU confiesa en documentos secretos ahora revelados, fue retenido por Clarignetto durante cuatro meses.

 Después nos hizo entrar a todos como por un tubo.

 

Víctor Hugo