No me asustan los perros que ladran

Fue una semana movida.

La nota con Daniel Hadad mereció comentarios de quienes consideran que efectivamente Alberto Fernández fue censurado. Lo creen o quieren que sea así. Da lo mismo.

El pecado fue preguntarle al dueño del canal si había sido cierto o no.

Intentamos primero con Hadad y con Marcelo Longobardi.

Y Marcelo se disculpó porque no quería echar mas leña al fuego.

Hadad dijo lo que dijo y yo le creo.

Quizá sea una prueba que defina la discusión si es verdad que Alberto Fernández va mañana a C5N.

La cuestión es siempre usted, decidiendo.

La Nación, que estaba en una semana fatal de errores, y otros medios dicen que la Presidenta llamó desde su casa al canal para que levantaran el programa.

Es lo que sostiene Alberto Fernández, que a su vez cree en lo que le dice Hadad, pero acto seguido parece que no.

Veremos mañana.

Otro tema fue lo que la DAIA dijo de una nota de La Nación.

El diario dijo que no existía ese comunicado y a nosotros nos dio por llamar a Donzis, el presidente. Dijo que sí existía esa opinión de la DAIA.

Que no habían mentido las agencias y los medios que dieron la noticia.

La Nación quedó pedaleando en el aire. Y lo atribuyó a este programa.

Hace poco nos tocó desmentir que fuera un acto de censura el intento de cobro de 160 millones de pesos quese tragaron sus dueños en estos años y ahora quieren no pagar lo que hasta Clarín pagó. ¡Cómo será la cañada si el gato la cruza al trote!…

Los Saguier o quien dirija el diario (me rectificaría si me dicen que es Mitre, y diría Mitre) vuelven va la estigmatización de mi persona cada día. Uno de sus cronistas siempre tiene algo para acusar, solapadamente.

El sábado la represalia de La Nación vino a través de un periodista llamado Carlos Roberts.

El tema del antisemitismo pegó fuerte en un Opus Dei, fiel a sus enseñanzas.

Roberts le dio gusto a sus patrones jugando desde su idea del humor a que yo participo de la mesa chica del Gobierno.

 Lo había dicho con más seriedad Mariano Grondona en su columna, pero pensé que era porque está grande. Yo aún no le había dado la mano a la Presidenta, algo que sucedió meses más tarde en la presentación del libro de Paenza.

Roberts, en la semana en la que tanto se discutió sobre el antisemitismo, sacó el manual Opus Dei del poder secreto y decidió jugar con mi buen nombre.

Los Saguier, o Mitre si es Mitre, Magnetto y Fontevechia son tres hombres con cientos de medios y un poder infinito.

¿No les da vergüenza pelear contra un periodista que juega solo, de frente y honestamente?.

No es mandando perros a ladrar que van a asustarme.

A mi me asustaría que, como ha sucedido muchas veces en mi vida, estuviese equivocado.

Lo de Donzis, ya se sabe. Lo de Alberto Fernández lo veremos mañana en el programa de Longobardi.

Lo de la AFIP, lo de las Islas Vírgenes y el fallo de Servini de Cubría que luego revocó una cámara, lo dirá el tiempo.

Víctor Hugo

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(Click arriba para escuchar la apertura de «La Mañana» del Lunes 19 de marzo de 2012)