Queridos seguidores:
Seguramente les importará saber un poco más de las negociaciones con la radio,
las cuales prácticamente han terminado.
Falta aún resolver lo del fútbol, con lo que tengo menos prevenciones porque no me molesta que llegue Mariano Closs y, en tal caso, relatar menos. En este tema lo que importa es el mantenimiento del trabajo para mis compañeros, al menos en el año de contrato que a mí me queda.
Alguna vez haré un poco de historia de cómo se ha llegado a una situación de este tipo, pero lo que importa ahora es “La Mañana”. Y no necesito decirles por qué…
La síntesis de lo que estuvo sucediendo es que, en efecto, el embargo de Héctor Magnetto/Cablevisión molesta.
Antes de las elecciones, cuando nos anunciaron rojo en el banco, con mi mujer entramos a ver los números. Sucede que lo que se lleva Magnetto sale del bruto, pero también del bruto se cobra la AFIP.
Y yo ando cerca del 40 por ciento. Eso deja el salario en una tercera parte.
Cuando vi eso, me fui a la dirección de la radio y les dije que si me pagaban el año me iba. Me calzaron de volea. “En cuanto podamos te hacemos los números”, me dijeron.
Ocurre que ellos piensan que, si bien a audiencia de “La Mañana” es muy buena, a los otros conductores los joroba mi presencia porque no los escuchan por culpa mÍa. Puede ser, la verdad, no lo sé. Es raro, pero puede ser. Un tipo que dice «mientras esté ese tipo, yo no pongo esa radio».
Pero luego paso lo que sabemos del triunfo neoliberal y empezaron las dudas. Mis dudas.
Cuando pusieron la oferta sobre la mesa, el dinero ya no importaba.
Me di cuenta que era darle la espalda a gente que, como ustedes, me han bancado mucho y quizás les viene bien tener un programa donde al menos se le dé pelea a ese neoliberalismo rampante.
Así que la mejor oferta de mi vida…para que me fuera (¡Qué loco es todo! ¿No?) la terminé rechazando.
La radio está trabada para echarme porque en ese caso se disparan para mal otros acuerdos que hice antes. Para quedarme el año pasado firmé en el Ministerio que no les haría juicio cuando terminase el contrato de dos años (del cual queda el 2016). Si me echan, eso se cae.
Me gustaría que me envíen preguntas de lo que quieran, de a poco mi intención es responderles.
De todas formas les cuento que estaremos mucho más activos en redes sociales. Quizás ya lo notaron.
Pero ustedes se han vuelto especiales. Así que la atención es «personalizada».
No me molestara que me pregunten incluso a partir de cosas que les dicen de mí.
No hay preguntas embromadas. Lo complicado es que haya o no respuesta que sea creíble y no desprecie la inteligencia de ustedes.
Los valoro mucho.
Y aquí estoy.