La hora de las leyendas

El día había empezado mal para este cronista. Las fichas de los taxis caen como las monedas en una maquinita con tres sietes y no hay calle ni horario de Londres donde el tránsito no se detenga para siempre. Los que dicen que Buenos Aires está tan cara como las otras grandes ciudades deberían probar Londres, por decir una.

La bajada de bandera cuesta tres veces lo que en Buenos Aires. Y con el taxi detenido, el aparato sigue las cuentas. Menos mal que el estacionamiento en el centro de Londres está regalado. Nada más que 75 pesos…
Entonces el firmante iba hacia la villa bastante molesto con la situación. Y como vio que ya no llegaba, se bajó en una estación de tren y se volvió a casa.
Barato, fue. Un viaje en tren cuesta 50 veces más que en Buenos Aires. Según la distancia puede ser 100 veces. Pero 50 pesos ya es un tema. Así que al final, entre las imparables fichas del taxi, y el retorno en tren, una pequeña fortuna desdibujó la jornada.
Hasta que el cronista llegó e hizo lo que debía hacer desde un principio: ver a Las Leonas y a la Generación Dorada. Por televisión. Mejor zapping, imposible. Entonces, el día cambiante, pero siempre fresco de Londres empezó a ser más amable.
Las Leonas estaban 2-0 y los hijos de la Liga Nacional de León Najnudel emparejaban con Brasil y en cada rebote, en el cuidadoso tiro final, en las grandes individualidades de siempre alternándose en la comandancia, daban ya una impresión ganadora. Ya podía inferirse que el día 13 de los Juegos Olímpicos sería positivo. Nada fue demasiado fácil. Las pibas terminarían apretaditas contra su arco cuando Gran Bretaña se puso a un gol de diferencia. Al final, Luciana Aymaradona, Manu, Scola, el Chapu, de quien el relator inglés dijo «I love Chapu», fueron individualidades que brillaron como siempre en la conducción de los equipos nacionales. Las chicas frente a Holanda por el oro y los lores argentinos contra Estados Unidos marcarán la próxima etapa.
El contador de glorias de Luciana se detendrá cualquiera sea el resultado y por más que le pidan que siga. Este fin de semana les dicen adiós a los Juegos Olímpicos y a la propia Selección figuras rutilantes del deporte argentino. Tan grandes que ni siquiera necesitaron del fútbol para ser quienes son. Personajes que están en la historia, que son leyenda, entre las que gracias a los taxis caros de Londres este periodista no debió elegir. Los Juegos son fantásticos, pero para vivirlos mejor, a veces, no hay como la televisión. Es la única manera de no perderse a Luciana o al Chapu. Porque hay que  reconocerlo: bajarse y tomar el tren de regreso a casa tenía que ver, más que con el precio del viaje, con la duda existencial de elegir el destino final.

 

Víctor Hugo