Deschavetados

  Columna Exclusiva para la web del miércoles 25/01/2012

La última de Chavez es su descarada desmentida a la noticia de que se está muriendo. «Que no es verdad que se muere en un año», dice.

Un rumor vertido como el veneno en el oído del padre de Hamlet, cae en los indefensos escuchas y teleespectadores de America Latina.

 El mundo asiste indefenso a una bravata más del Dictador venezolano.

 La CNN informó que un periodista del ABC de Madrid-imagínese usted la buena leche de la noticia-ha informado que a Chávez sólo le resta un año. El último pan dulce de su vida sería el de diciembre, y eso,con suerte. A los reyes que no les pida nada.

 ¿Y qué hace el reverendo hache de pe de Chávez? Pone en marcha su infernal maquinaria propagandística al servicio de su interés de seguir vivo.

 «No me les muero nada», dice contrariando la averiguación del monárquico diario de Madrid, certificado por la CNN.

No le sirve ni de advertencia la buena onda periodística. En vez de confrontar con sus médicos: «Yo me muero y ustedes no me dicen nada», Chávez recurre a la propaganda. Esto que les cuento está chequeado.

 Hoy La Nación en tapa publica lo siguiente: «CARACAS: La maquinaria de rumores del chavismo se puso en marcha de inmediato. ¿El objetivo? Desmentir que al presidente venezolano le queda menos de un año de vida a causa de un agravamiento del cáncer que padece».

 El resto de la indagación menciona con elocuencia la gravedad. Palabras como metastasis, las células cancerígenas, los huesos y la espina dorsal tomadas, el cáncer de prostata, el cultivo cancerígeno, cáncer otra vez, y células cancerígenas de los huesos, metastasis en los huesos, cáncer otra vez, surgen de la nota con la expresión de quien lame un helado en enero.

 Y el muy guacho de Chávez va  y se manda un discurso de nueve horas parado sobre la espina dorsal, el cáncer horrible que lo carcome, con las células cancerígenas que revolotean hasta en su mirada, los huesos crujientes, la próstata hinchada y la metastasis en la lengua.

 Chávez pará de disimular. No seas malo.

Víctor Hugo