De menor a mayor

captura diario jornada

¿Puede un cronista no tener una respuesta concreta si le preguntan cómo vio a la Argentina? Porque es el caso del firmante de esta nota.

Si un equipo desde la primera jugada denuncia quién será el ganador del partido, si toma el controlde las acciones con absoluta naturalidad y convierte al adversario en un rival torpe y aturullado y además mete el gol a los 3 minutos, con una llegada abriendo la cancha pegando un tiro en el palo y llegando más rápido al rebote para mandar la pelota al arco, parecería que no hay reproche. Si en un ataque inmediato, acaso en una distracción, el rival empata pero de inmediato se recobra la impresión de que cuando quiera se pone otra vez en ventaja, no hay razones para dudar de su capacidad. Y si más tarde regala un gol en una sucesión de errores, pero nunca pierde el dominio de lo que sucede en el terreno y por insistencia por decantación convierte el tercero, hay que aceptar que hay recelos pero también pruebas de capacidad ciertamente elocuentes.

Hay otros datos positivos.

El jugador preferido del cronista da algunas pruebas de ser el otro fenómeno. El hombre en cuestión se llama Di María y gravita en el gol, aporta remates variados de casi gol, mete pases, va y viene como si fuera el dueño de la larga franja que le toca en la cancha. El mejor del mundo, con resto evidente, anota dos goles, ofrece algunas de sus carreras verticales haciendo estragos obligando al foul y en los tiros libres pone dos pelotas en los ángulos. Una saca el arquero al córner.

La otra es gol. Bien Mascherano como toda la vida y muy interesante el aporte de Lavezzi, que juega como para quedarse en el equipo, lo cual es deseable piensa el cronista. Sesenta por ciento de posesión y doce corners contra dos. ¿Qué más se puede pedir? Y sin embargo el firmante no siente que ha visto todo lo que quiere ver del seleccionado de Sabella. Faltó establecer la distancia de cinco goles que había entre los dos equipos. Sobraron minutos de sufrimiento al final cuando Nigeria pudo llegar al tercer empate del partido. La defensa no convenció a pleno. Higuaín y Agüero se quedaron a frustrante distancia de lo que se espera de ellos. Gago con la flecha para arriba pero todavía sin ser él mismo a pleno. Posesión, pero movilidad de boxeador que camina el ring más que bailarlo.

Actitud de plena confianza pero demasiada paciencia para ir y aplicar el tiro de gracia dejando viva a Nigeria hasta el final. Sin embargo las sensaciones son en general positivas. Ante un equipo que “venga” más, la claridad ofensiva de Messi y Di María asusta en cada contra. La rapidez para salir de una posición defensiva y pasar al ataque será un arma extraordinaria en partidos de mayor envergadura. Y la sensación de ser local, refuerza la confianza. Las tribunas del Beira Río fueron un espectáculo que asegura a la Argentina un apoyo emocionante con un público que juega en las gradas agregando un jugador. Quizás del análisis, así escrito, se desprende que este periodista se puso muy exigente, porque si el lector vio lo mismo, se preguntará cuál es la queja, entonces. Al releer la nota, el firmante piensa lo mismo. Se mejoró, se clasificó y lo grande esta recién por llegar. Quizás los peros tienen que ver con no entusiasmarse demasiado antes de tiempo. Cierta duda o sospecha de que algo no cuaja es digna de establecer como resguardo.

Pero cualquiera sabe que ir de menor a mayor, jugar cada partido según se van dando las circunstancias es lo ideal. Las contingencias van determinando la respuesta. Y hasta ahora no hubo nunca una situación límite.

Alguna incomodidad, eso de no llenar el ojo en los primeros partidos, pequeñas desventuras del final en un partido de grandes diferencias. Messi, como apostaba el cronista en varias notas de los últimos tiempos, ha llegado al mundial más fresco que si no se hubiese lesionado y al mismo tiempo descansado a fin y principio de año.

Y no prolongar su vida en la Champions, le quitó de las piernas dos semanas de tensiones. La frescura de sus tiros libres, la soltura en cada arranque, el mágico pie izquierdo que lo hace diferente, están disimulando que aún se mueve poco para buscar el balón.

Sera cuestión de esperar que haga falta porque hasta el momento le alcanzó con sus goles ganadores, y algunas combinaciones que le dieron al público del mundo, lo que todos esperaban.