De arreglos, entregas y otros rumores infundados

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En tiempos en que tantos rumores que envenenan la vida de la sociedad, en tiempos de bóvedas, de cajas de seguridad y dineros que van y vienen, entre tanto testigo falso, lo que pasó anoche en el estadio de La Paternal viene a dar una respuesta sobre lo que perturba una injuria cuando se da sin tener elementos verdaderamente probatorios.

Argentinos había sido apuntado durante varias semanas, sobre todo en la figura de su presidente Luis Segura, de entregar el descenso para que pudiera salvarse Independiente. La demostración rotunda que ha dado anoche ante River, la forma en que jugó desde el primer minuto en su mejor partido del campeonato y en lo que significó su segunda victoria viene a dar una rotunda desmentida a tanta falta de compromiso con la verdad y el respeto.

Desde el punto de vista futbolístico, el Bicho jugó contra River como si fuese igual que River, despreciando la diferencia de nombres y de trayectorias de jugadores. Desde el primer instante el equipo de Ricardo Caruso Lombardi se sintió un protagonista que no era para nada menos que el Millonario. Y River, que había salido con las ínfulas para pensar en ganar el campeonato, poco a poco se tuvo que ir acomodando a un partido mucho más difícil de lo que había pensado. Y así transcurrieron, con muy buen despliegue, los primeros 45 minutos. Lejos de un partido brillante, pero cerca de lo que llamamos entretenido, con oportunidades para ambos equipos aunque discontinuadas por la enorme presencia defensiva de dos conjuntos que retrocedían con gran capacidad para mantener el cero en su arco.
El segundo tiempo fue bastante más bajo desde lo técnico porque ya estaban más nerviosos los protagonistas. Y también más responsables por lograr una victoria que para River significaba pelear el campeonato y que para Argentinos era darse lo que finalmente se dio: la tranquilidad casi absoluta de permanecer en la Primera División por la ventaja de cinco puntos que ahora tiene sobre Independiente.
El fútbol tiene respuestas muy caprichosas. Tres minutos antes del gol de Julio Barraza, River, aprovechando el único error defensivo del conjunto de La Paternal, estuvo a punto de lograr el gol que quizás hubiese sido del triunfo. Rogelio Funes Mori quedó con la pelota picando, al lado del punto penal, un poquito a la derecha, justo con todo el arco a su disposición. Nereo Fernández, que ya le había rechazado un gran cabezazo en el ángulo al nueve en el principio del partido, salió a tapar el tiro de Funes Mori y lo atajó en forma extraordinaria al córner. Apenas tres minutos después, un tiro de esquina para Argentinos le permitió a Barraza convertir uno de los goles más festejados que este periodista recuerde. Relatando el encuentro entre la gente pudo ser testigo de una alegría sin límite de Argentinos. Y sacaba una ventaja que, minutos después, redondearía gracias a un error de Leandro González Pírez y un gran acierto del capitán Pablo Hernández manejando con sabiduría la pelota  en un interminable cara a cara con el arquero de River para finalmente tocar la pelota hacia atrás para que Rodrigo Gómez convirtiese el segundo gol.
Fue una noche que deja perpleja una vez más a los pronósticos. Porque River, que iba a buscar el campeonato, nunca pensó que caería ante un equipo que tenía un solo triunfo en todo el año y que perdería buena parte de soñar con el título. Argentinos pudo decirle a tanto mentiroso que anda suelto que los rumores deben tener otro fundamento y que no se puede condenar a las personas porque se le antoje a alguien. No sabremos nunca quién promovió el infundio contra Argentinos y su presidente Segura. Pero lo que tenemos seguro ahora es que era una falsedad que mucho le dolió al Bicho. Y se quitó todo ese dolor de encima con la muy buena victoria conseguida frente a River.