Carlos Monzón, el indígena que juega mucho más que un título

 

  Nota publicada por Mundocolor el viernes 29 de julio de 1977

 Car­los Monzón, el santafecino con rasgos e Instintos de indígena, el hombre que le ganó a la miseria total para convertirse en personaje de reyes, el hombre codiciado por mil mujeres que ven, en él, la expresión del hombre que inevitablemente gusta en Europa, el actor de cine que le abrió la puerta de su suite, en algún hotel de      Roma, a      Natalie Deion o a Ursula Andress para que entraran en puntas de pie, el      enamorado que gasta 400 millones de pesos hablando con su novia Susana Giménez, el irascible enemigo de los periodistas que se han metido en su vida privada, el personaje casi de leyen­da que por negar haber contado su vida a un periodista que escribió un libro tiene un juicio en contra por miles de millones de pesos que seguramente perderá.

Carlos Monzón, mucho más que todo eso, un excepcional campeón del mundo de los medianos que ha defendido su corona ca­torce veces, que no pierde desde casi trece años atrás, un invencible, jugará mañana su corona mundial ante el único adversario que puede plantársele delante con dignidad: el colombiano Rodrigo Valdez.

Monzón se juega mucho más de lo que la gente piensa. Para un hombre que aspira a seguir en el candelero, que continuará haciendo cine y gravitando en el mundo del boxeo, esta pelea es, como pocas, de vida o muerte. Porque en ella se estará jugando el recuerdo definitivo con que ingresará a la historia. Sus películas importarán por cierto mucho más si se retira como cam­peón que si mancha su trayectoria, justo en el final. Y así con todo lo demás.

Sin embargo, y reiterando que no sé nada de boxeo, me animo a dar un pronóstico contundente: Monzón vencerá mucho más fácilmente que la vez anterior, cuando tre­ce meses atrás, viviera momentos de angus­tia que sólo se resolvieron por un especta­cular golpe del decimocuarto round. Mon­zón que, para muchos, no había ganado aquella pelea, no era ni sombra de lo que es física y anímicamente para este combate.

Tendrá a su frente a un notable rival: el colombiano Rodrigo Valdez, hombre de vi­da también complicada, pero un boxeador de excepción como lo demuestra claramen­te su campaña. El miércoles haciendo guan­tes nada menos que con Emile Griffith, de­mostró estar en la mejor condición para la pelea.

Ninguno de los dos tiene problemas de peso, pero eso que no es’ novedad en Val­dez es una nota a favor del campeón. Mon­zón está comiendo como un animal y sin embargo está sólo medio kilo sobre la ca­tegoría. La vez anterior pasó por mil penu­rias y no pudo subir tan potente como pue­de, porque se debilitó procurando dar el peso.

DIVERSIDAD DE OPINIONES

El pronóstico no es sencillo de dar para los que realmente saben y. entonces tienen que fundamentar su opinión. Los periodis­tas argentinos en general son muy caute­losos en sus apreciaciones. Se confía en la victoria pero se descuentan tremendas di­ficultades. Los colombianos en cambio ni sueñan con perder. Líder de esa postura es Chico Govin que estará junto a Valdez: “Rodrigo ya es campeón…”

La prensa local que tiene una clara pre­dilección por el argentino, considera favo­rito al actual “rey”, pero tampoco descarta un durísimo combate. En general se estima que la pelea llegará a su fin.

Los contendientes no abren la boca salvo para decir de su confianza en la victoria. No hay alardes ni provocaciones quizás por­que todo está suficientemente promociona- do. Ambos llegarán confiados, bien prepa­rados y ansiosos por la victoria, decisiva en la vida de los dos porque ya no hay tiem­po para recomenzar. Valdez que ganará por el match la décima parte que Monzón, precisa del triunfo para, en una posterior pelea, contra quien sea, hacer, como Mon­zón, la plata de su vida.

Creo que por encima de todo será un notable acontecimiento, una inolvidable con­frontación de dos hombres con orígenes si­milares, campañas espectaculares, estilos distintos, recios, guapos y de gran capa­cidad técnica para manejarse dentro de lo que saben. Para mí será un honor y un susto de novela relatar por Radio Oriental junto a Horacio García Blanco de Radio Rivadavia. Será difícil que lo consiga pero haré lo imposible por estar a la altura de un acontecimiento enmarcado por la belleza sin parangones de Montecarlo, personajes que parecerá mentira ver de cerca (y quizás reportear), emoción, dramatismo, e incertidumbre.

DETALLES DE LA PELEA

 Será a quince asaltos en el estadio de fútbol “Luis II” de Mónaco, a las 17 de Uruguay, al aire libre aunque con la previsión de haberle puesto un techo al cuadrilátero, por si llueve.

 Arbitro con voto (diferente a lo que se estila en el Río de la Plata) será el británico Dakin. Jurados, Poletti de Italia y Albach de Alemania. Veedor, Ferdinando Leclerc, francés, presidente de la Unión Europea de Box. Estarán presentes los mandamás de la Asociación y el Consejo Mundial de Box. Elías Córdoba, de Panamá, y José Zuleiman, de México, respectivamente. De las doce mil entradas  cuyo precio oscila entre los 12 y los 250 dólares sólo quedarán algunas de las más baratas. Paradojamente no habrá claros en los sectores más costosos. La pelea es organizada por el italiano Zabattini, Ta Top Rank de Estados Unidos y…el propio Carlos Monzón.

 Será la octava vez que se dispute un título mundial en Montecarlo. La primera fue cuando Monzón defendiera su corona contra Benvenutti, derrotándolo por abandono en el tercero, el 8 de mayo del 71. Cuando mañana esté frente a Valdez-Briscoe, Durán-De Oliveira. Monzón-Griffith, la reciente Cuello-Burnett, etc.

 Monzón defenderá la corona que obtuviera contra el italiano Benvenutti el 7 de noviembre de 1979.