Presentación realizada el viernes 11 de septiembre de 2009 en la última Audiencia Pública de la Cámara de Diputados de la Nación, para manifestarme públicamente a favor del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que, por entonces, se debatía en el Congreso de la Nación.
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Reproducción del discurso:
“(…) da para pensar que esto en manos de un alumno de secundario sería fácil de estudiar en dos o tres días de trabajo intensivo de tanto trabajo a quienes piensan que no se puede tratar durante este año la ley de radiodifusión con el argumento de que no se puede resolver en cinco minutos una historia de tantos años.
Precisamente es una historia de muchos años. Hemos leído otros proyectos que tenían cosas muy buenas, pero casi ninguno de ellos, creo que ninguno, se animaba a ver el pasado. Ese pasado reciente en el que se formaron grupos hegemónicos que han hecho un inmenso daño a lo que llamamos la libertad de prensa.
De alguna manera me trae como periodista la indignación. Estuve aquí, en otro recinto pero en las mismas circunstancias, cuando se trataba de televisar el fútbol de las selecciones argentinas por la televisión abierta. Y ya asistí a las demostraciones de enorme poder del grupo multimediático Clarín sobre todas las instituciones periodísticas que venían a representarlo.
Me acuerdo el bochorno que me provocó y que me vuelve a provocar ARPA, que viene a ser la asociación que nuclea a los hombres de radio y que tiene intereses que están absolutamente por fuera de los intereses de los hombres de radio, que somos víctimas, con compañeros que nos cruzamos diariamente en los pasillos para preguntarle si ya le ofrecieron el retiro voluntario o si lo van a echar porque las radios están empobrecidas, están con enormes dificultades por pautas publicitarias que son digitadas, no solamente para las radios, si no también para otros medios.
Por aquí han pasado ADEPA, ATA y no sé cuántas instituciones más. Para mi, y con todo respeto, bien mandados por el poder que ejerce sobre ellos el grupo más en cuestión cuando se trata de hablar de esta ley. Porque ellos saben perfectamente que para comprar publicidades en ciertos medios, en el poderoso, si uno quiere poner un aviso en otros medios también, debe pagar seiscientos pesos, para dar un ejemplo. Pero si pone solamente en ese medio, es decir, si se castiga a los otros medios no dándole publicidad, se pagan doscientos. De esa manera, les importa el poder que acumulan y el poder que destruyen, las posibilidades económicas que destruyen de los demás.
Estuve aquí observando de cerca entonces, cuando luchaban a brazo partido por no dar el fútbol de la selección por la televisión abierta porque son muy egoístas, porque la avaricia es lo que los ha perdido frente a la opinión pública, porque van a todos los negocios, porque no se detienen absolutamente frente a nada.
Me trae la indignación de tantas personas que pasaron por aquí. Y hoy al mediodía dije por la radio: `Me da un poco de vergüenza no haber estado allí, porque soy hombre de radio y tengo algo para decir´. Alguien tomó la palabra y me dijo: `si quiere venir, venga´.
Me da mucho gusto estar aquí para decir que conozco muy bien a quienes usan la libertad de prensa para lanzarse a todos los negocios. Los conozco del fútbol, los conozco por el robo que hicieron durante quince años del fútbol, una estafa que tenía que ver con millones de personas que quedaban afuera de la posibilidad de ver el fútbol, por supuesto, la gente más modesta.
Era una doble estafa. Yo veía solamente la que cometían contra el fútbol. Ahora comienzo a ver, cuando se leen los ratings de televisión, la estafa contra millones de personas que no tenían la posibilidad de ver lo que más aman, el fútbol. El único divertimento al que pueden aspirar millones de personas.
Yo puedo ir al cine, al teatro, a donde quiera. Por ahora y gracias a Dios. Pero millones de personas que también tienen el mismo espíritu festivo que yo y no pueden ir a ningún lado, pero por lo menos pueden quedarse en su casa a ver a Independiente, a ver a Racing, a ver a su equipo favorito.
El fútbol les permitió comprar radios para ir destruyendo poco a poco los mensajes de los comunicadores que estaban enfrentados con el negociado que hacían durante quince años con el fútbol. Les permitió comprar radios que financiaban con lo que ganaban de las ganancias espurias que les daba el fútbol por televisión. Radios que perdían dinero a raudales pero no importaba, porque lo que querían generar eran transmisiones y transmisiones para poder, de esa manera, hacer flaquear a los otros, a los que no podíamos manejarnos de la misma manera porque no teníamos dinero gratis, salvo el que vendemos a través de la publicidad. Y se lanzaron a todo tipo de negocios parecidos a los del fútbol.
¿Quién no conoce el negocio de las AFJP? Claro es muy difícil hablar. Todos los periodistas en su conjunto, y bien hacemos, seguimos los rastros de corrupción de cualquier elemento que aparezca en los gobiernos, en éste y en los del pasado. Pero los rasgos de corrupción que aparecen en las empresas privada a veces los perdemos de vista porque hay una gran complicidad.
En determinado momento, con el contratito del fútbol que eran cinco papeles que nunca vio ningún dirigente y que después estaban apurados por mostrárselo a los dirigentes diciendo: `Vengan que les queremos mostrar el contrato`. Con ese papelito fundaron cadenas de televisión por cable en todo el país y, sobre todo, dijeron: `Tenemos un negocio tan bueno que lo vamos a poner a cotizar en la bolsa”. Por supuesto, con el conglomerado de otros negocios. Se trata de 264 empresas, ni más, ni menos. De eso estamos hablando.
Y con ese papelito del fútbol, con ese contrato, por cierto, mal habido, sin licitación, sin nada, se lanzaron al negocio de las acciones de la bolsa. Quiénes compraron una buena parte, cuatrocientos millones, casi las AFJP con el dinero de los jubilados, acciones de más de 20 pesos, casi 30, que hoy día deben valer seis o siete pesos. No conozco la cotización de hoy día. Una diferencia de un dinero de los jubilados que se tragaban entre las AFJP, las diez, porque no quedó ninguna afuera, y el conglomerado periodístico en cuestión.
Vayamos a la discusión de la ley, esto que da tanto trabajo a algunos diputados que no pueden antes del 10 de diciembre estudiar porque lo que quieren es que pase la oportunidad.
Se habla de las telefónicas, supongo que tendrán el buen gusto de corregir cualquier línea que pueda poner donde había un monopolio a otro monopolio. No creo que sean tan zonzos de privarse que la ley se vote para favorecer a nadie porque esto es demasiado grande como para impedírselo ellos mismos.
Se habla del control parlamentario que podría llegar a tenerse a través de esta ley por parte del poder ejecutivo. Los gobiernos cambian, a los gobiernos los podemos cambiar, siempre los podemos cambiar cuando no nos gustan.
Pero lo que no podemos cambiar son esos poderes que desconocemos, que la gente no sabe prácticamente que existen, que están por encima, efectivamente, de los poderes de los partidos políticos y de los gobiernos, bien que lo saben.
El COMFER es inmensamente más poderoso que cualquier órgano que, por otra parte, va a tener control parlamentario, que se pueda instituir con esta ley. El COMFER puede decir, por ejemplo, “no va más Cablevisión ni Multicanal” y lo hace sobre algo que firmó un ex presidente muy poderoso de la república. Fíjense ustedes lo que se puede hacer.
Es tan perverso el COMFER , el organismo del COMFER creado por los militares, que no existe nada más importante que quitárselo de encima, nada puede ser peor que el COMFER si el COMFER ejecuta todo lo que puede ejecutar desde el poder que tiene, y responde sólo al poder ejecutivo.
La integración del COMFER es un militar de aviación, un militar del ejército, un militar de la marina, ésa es la conformación natural. Ahora lo que es el COMFER es un organismo dependiente estrictamente del poder ejecutivo a través del cual el poder ejecutivo podría hacer lo que quisiese pues este gobierno se lo quita de encima y da la posibilidad de que haya un organismo donde haya control y discusión parlamentaria.
A mí me parece absolutamente saludable. Si lo pueden mejorar y que sea solamente parlamentario, todavía mejor, para sacar, si es posible, lo que corresponde al poder ejecutivo. Finalmente uno se da cuenta a qué se oponen los diputados que se oponen, para quiénes están trabajando, al servicio de quiénes están en estos momentos.
Es absolutamente conversable que esta ley, para mejorarla y para llegar al 10 de diciembre, se los digo como periodista y con la inmensa alegría de que tenemos una ley que nos va a regir de una manera completamente distinta a la perversión de la dictadura.
He comprado una revista de humor y cierro, señores, porque dije: `Voy a estar nervioso´. Yo me pongo muy tenso. Soy un titán detrás de un micrófono, detrás de una cámara, pero no delante de la gente, me horroriza estar delante de la gente´. Entonces dije: `Voy a terminar con un poquito de humor´. Y una revista de humor dice hoy: `La prensa libre ante el desafío de la mordaza política. ¿Por qué el periodismo independiente debe defender su derecho inalienable a voltear gobiernos, impulsar lobbies empresariales, operar, crear imperios monopólicos y apropiarse hijos de desaparecidos?´”